viernes, 30 de mayo de 2008

CANCIÓN DE MIKEL LABOA

Abertura del Congreso. Sentados en el suelo, participantes y ponentes estamos mezclados. Hay silencio y ojos cerrados. Un om se levanta y crece entre todos, largo, vibrante. Cuando se silencia, las notas de un violín nos mecen en su melodía. La voz del hombre y de la mujer recitan, se comunican, se dialogan; los dos cuerpos enlazan asanas, abriéndose y cerrándose, cada uno a su ritmo, cada uno a la vez que el otro, como el euskera y el castellano, que se suceden, se entrelazan, se contestan, diciendo, al final, lo mismo...



Eguzkiak urtzen du goian
El sol funde en lo alto
gailurretako elurra
la nieve de las cimas
uharka da jausten ibarrera
torrencialmente baja hacia los valles
geldigaitza den oldarra.
un impulso incesante.


Gure baitan datza eguzkia
En nosotros está el sol
iluna eta izotza
el corazón que puede fundir
urratu dezakeen argia
y la luz que puede raspar
urtuko duen bihotza.
hielo y oscuridad.

Bihotza bezain bero zabalik
Con tanta generosidad
besoak eta eskuak
como pasión,
gorririk ikus dezagun egia
veamos con claridad
argiz beterik burua.
toda la verdad.


Batek gose diraueno
En tanto haya un solo hambriento
ez gara gu asetuko
no nos saciaremos.
bat inon loturik deino
Mientras haya un oprimido
ez gara libre izango.
no nos liberaremos.


Bakoitzak urraturik berea
Desbrozando cada uno el suyo,
denon artean geurea
y entre todos el nuestro
etengabe gabiltza zabaltzen
ampliemos sin interrupción
gizatasunari bidea.
el camino humano.


Inon ez inor menpekorikan
Dueño cada uno de sí mismo,
nor bere buruaren jabe
nadie en lugar alguno dominado.
herri guztiok bat eginikan
Unidos todos los pueblos
ez gabiltz gerorik gabe.
tendremos nuestro futuro.




Estas bellas palabras fueron compuestas en su día por J.A. Artze y muchas veces cantadas por Mikel Laboa. Hoy, más que algunos años más tarde, causalmente fue Amaia Artze, sobrina del compositor, quien interpretó el tema al violín, y Omkar con la guitarra; Maitri y Ferran recitaron, mientras Danavira y Meila coreografiaron un karana. Las notas eran preciosas, el contenido de la palabra más... ¡a alguno ya nos saltaron las primeras lágrimas!


¡Gracias hermanos, por vuestra emotiva interpretación!

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